domingo, 30 de diciembre de 2007

2007 (parte II)

domingo, 30 de diciembre de 2007
Resulta tremendamente complicado resumir el 2007 en términos de libros, cine y música, pues leí poco, fui a pocos recitales, no me compré discos y al cine alcancé a ir algunas veces tan solo. Qué mierda. Por lo tanto, el siguiente resumen es angosto, personalísimo, fuera de tiempo y algo irresponsable. Pero sirve para compartir algunos gustos con todos mis amigos. Qué mierda...

MUSICA
Fuera ya del tren de la música por un año y algo más, me cuesta colocarme al tanto de lo que se escucha estos días. Mis fuentes de investigación siguen siendo las de siempre pero no las visito tan a menudo. Sigo siendo de los que se niega a la nostalgia porque estoy constantemente pidiendo más. Escucho ahora más música clásica que nunca antes en mi vida, lo que es una ventaja espiritual. Sigo suscrito a una revista y me compro otra en el kiosko. Con la pega de la radio solía tener a mi favor algunos discos. Ahora bajo todo indiscriminadamente de internet. Y perdonen si no hay tanto sonido local. Nunca fui amigo de los sonidos emergentes chilenos.

Pero según yo, y a favor de lo nuevo por siempre, los mejores discos a mi entender son:

5to lugar: Francisca Valenzuela, Muérdete la Lengua. Maravilloso. Verla en vivo es un espectáculo sobrecogedor. Es fácil aprenderse sus letras que no son nada predecibles. Tiene algo del sabor y rabia de voces como Fiona Apple, su más evidente inspiradora, pero al mismo tiempo suena chilena. Hace años que la conozco, pero como la luz pública fue entre el 2006 y este año, la coloco como lo más importante y lo único realmente trascendente de nuestra patética escena local.

4to lugar: Radiohead, In Rainbows. Sucedieron varias cosas simultáneamente. Una banda enorme se pasó por la raja la industria y ofreció su disco al mejor postor. Igual ganaron plata sin prensarlo. Luego lo sacan a un precio prohibitivo con un booklet de lujo y todos quieren que sea su regalo de navidad. Y lo más importante de todo: después de años todos estábamos con los fonos puestos un día del 2007 para escuchar un disco entero. Como antaño.

3er lugar: LCD Soundsystem, Sound of Silver. Puta el disco bueno. Si pudiese elegir ser alguien en la música, elegiría ser James Murphy. Treintón, poncherúo y bueno pal hueveo. Esto, señores, es funk punk puro. Retro. Disco. Baile. Rock. Hueveo. Un disco que inevitablemente te hace sonreír.

2do lugar: Nine Inch Nails, Year Zero. Ignorado por años en nuestro país, Trent Reznor tiene más vigencia que cualquiera de sus imitadores, entre ellos, por cierto, Marilyn Manson (que tuvo un 2007 horrible). Después de With Teeth, fue sorpresivo que se lanzara con otro disco tan luego, el cual estuvo acompañado de una promoción conceptual de meses, muy bien planificada, que logró posicionarlo sin gastar grandes cantidades en marketing. Este es un disco clásico y a la vanguardia a la vez. Fuerte, violento, pero intrínsecamente bello, por sus melodías y sus coros memorables. Es conceptual y verosímil. Es pesimista pero esperanzador.

1er lugar: The Good The Bad And The Queen, Homónimo. Recuerdo cuando un amigo me dijo que Damon Albarn estaba haciendo un disco con Paul Simonon de los Clash. Yo me dije "esta es otra del niñito inconformista de Blur", aludiendo a que nunca ha podido superar la partida de Graham Coxon. Albarn, muy inglés él, resulta hostigoso en su persecusión de la canción perfecta, mezclando sus universos y obsesiones personales. Todo suena a Albarn en el parque temático de Blur. Pero de pronto escuché "Herculean". Y luego "Kingdom of Doom". Una par de temas simpáticos. Pero me percato que es el único disco que escucho en mi auto cuando voy solo. Si me demoro, lo vuelvo a escuchar, teniendo un estuche con 50 discos más. Cuando hago cola, tarareo tres canciones del disco. Cuando navego pienso que lo último que haré antes de cerrar sesión es buscar e imprimir los acordes de "Kingdom of Doom". Y me la quiero aprender bien.

LIBROS
Mala cosa. Leí poco. Tragedia. Estoy presto a devorar mi regalo de navidad, la biografía de Pink Floyd escrita por Nick Mason, que destiné para enero. En estos momentos leo Artemis Fowl con bastante entusiasmo. Y me doy cuenta de que por culpa del 2007 he preferido libros de fantasía, juveniles y livianos. No todos ellos editados el 2007 por cierto. Ahora, hay que darle a esta sección algo de actualidad y por eso incluiré esencialmente dos textos.

Bag of bones (Bolsa de huesos) de Stephen King. No sé qué es más grande. Si la capacidad prolífica de sacar tanto libro o darse vueltas en tantas ideas similares. Porque los libros de King son las mismas ideas una y otra vez recocidas, con mejores y peores resultados. Por el lado bueno, estamos frente a un tipo que, por este mismo ejercicio, mejora con los años. Porque más de un tercio de su obra es derechamente un bodrio, pero cuando resplandece, como el pequeño Danny Torrance, es impresionante y te olvidas que estás leyendo. Eso sucede con Bolsa de Huesos. Es personal, emotiva, creíble, diabólica. Es real. Es empática. Un escritor de novelas de medio pelo enviuda. Luego tiene bloqueo mental. Y tenía dos novelas guardadas en una caja fuerte. Las sacaba de acuerdo a la necesidad del mercado (su crítica y referencia a otros autores del mundo real resultan muy jocosas) hasta que se le acaban. Eveltualmente, en busca de algo más parecido a una revelación vocacional, vuelve a su cabaña de vacaciones, donde agolpan fantasmas y recuerdos. Ahí conoce a una niñita de 4 años. Y a su madre, una chica de 21, tremendamente atractiva. Y todo se da vueltas.

Harry Potter & the deadly hallows, de J. K. Rowling. Dígame lo que quiera. Confieso ser de aquellos que pidió el libro por internet y que luego de que llegó lo devoré en 4 días. Podría haber ido más rápido, pero tengo familia. Hay una sola desventaja en este último libro de la saga del mago Harry Potter que es llegar desinformado por no haber tenido conocimiento de los otros seis que le anteceden. Y la ventaja es que cada libro es eventualmente una película. Mi recomendación es, entonces, que usted vea las 6 películas cuando estén todas disponibles. Son fieles al relato original aunque resumen muchas cosas. Y luego lea este libro. Le podría recomendar que fuese purista y que leyese 6 volúmenes antes. Pero no hay tiempo y el resto de los libros no son tan buenos como éste. Créame, soy un loser que los ha leído todos. Y la buena noticia es que la Rowling aprendió a escribir en el camino. Así, el desenlace, la tragedia, la esperanza, el conflicto, están realzados de manera épica, profunda, emocionante. Cuidado en su redacción, con diálogos verosímiles, este libro es una delicia. Está al nivel de lo espectacular que resultó su bullado lanzamiento. No haga caso de su condición de libro de moda. Si tiene la menor oportunidad, léalo. Se va a emocionar.

CINE
Acá me siento derechamente culpable, porque no recuerdo ni cinco películas que haya visto este años realmente trascendentes. Aunque, como dije, fui poco al cine, también tengo la sensación de que la calidad de las cintas no fue tan buena. Vi por ahí harto estreno chileno, que siempre es bueno y me provoca orgullo. Pero no soy capaz de elegir ni un quinteto de favoritos a riesgo de sonar absolutamente irresponsable. Más aún que lo que fui comentando música y libros. Creo que El Laberinto del Fauno debe ser lo más diferente y poderoso. Y creo también que Casino Royale le devolvió crédito a James Bond. Como soy fanático de Pixar, también creo que Ratatouille es de lo mejorcito. Y de las cosas atrasadas que vi en el cable creo que The constant gardener (El jardinero fiel) es extraordinaria. Ahi fueron cuatro. No se me ocurre más. Sólo puedo desear a estas alturas que el 2008 tenga muchos más libros, cine y música.

Abrazos y buenos deseos para todos.

viernes, 21 de diciembre de 2007

2007 (parte I)

viernes, 21 de diciembre de 2007
Tan solo debido al nuevo sistema de transportes que se inventó para reemplazar a las añoradas micros amarillas, este año podría ser considerado una mierda. Fíjese que a mí me pasaron hartas huevadas personales que me han dejado fuera de pegas con contrato. Pero, por otro lado, al llegar los últimos días de diciembre, tengo un panorama súper activo y bastante tiempo libre para un 2008 que tendrá menos lucas pero más cosas diversas.

Ahora, entre los elementos que no me puedo sacar de la cabeza cada final de año están el resumir y elegir lo mejor o lo peor. Lo hice editorialmente en diferentes medios. La diferencia, al ser este tan solo un blog personal, es que en vez de ser lo mejor o lo peor, simplemente serán elecciones personales de cosas.

Por lo tanto, el posteo sólo servirá y cumplirá su propósito desde el momento en que aparezcan vuestras opiniones personales. Os daréis cuenta además de que muchas veces lo destacado no necesariamente pertenece al ámbito estricto del 2007. Pero el énfasis desde lo personal nuevamente se impone como (des)criterio principal.

TELEVISION ABIERTA:
Lo mejor: Diagnóstico, de canal 13. El reportaje de los obesos fue sobrecogedor. Cómo comen los chilenos. Los seguimientos. En fin.
Lo peor: Cualquier programa de Mega.
Lo más novedoso: El Club de la Comedia de CHV. Y pensar que VIA X me pidió a principios de años que les pidiera a cada uno de ellos que se quedaran por 300 lucas para todo un año más de SCA. Habría sido la peor estafa de la tv. Por suerte ellos se fueron y triunfaron. Y por suerte también me echaron de ese lugar.
Mejor serie: Casado con Hijos, gran contradicción, por las pantallas de Mega. Para cagarse de la risa. Mención honrosa para Alguien te Mira de TVN, que ahora salió en dvd.
Mejor programa infantil: Pulentos, de Canal 13, lejos.
Teleserie: Belissima, de canal 13. Las ventajas de estar con tiempo y poder ver la novela brasileña de después de almuerzo.


TELEVISION CABLE:
Mejor serie: The Sopranos por HBO. Indiscutiblemente la mejor, pues la venía siguiendo de años. Y sí, reconozco que el final me dejó pagando. Mención honrosa para Life on Mars, también de HBO, cuya segunda temporada viene ahora en enero del 2008. Imperdible.
Mejor serie temática: Anthony Bourdain: No Reservations, por Discovery Travel & Living. Qué mejor que un chef americano y de izquierda recorriendo el mundo.
Mejor serie "humorística": Dr. House. ¿Sarcasmo esto? Queda chico. El tipo es un hijo de puta. Yo quiero ser él. Me cago de la risa. También lo pasan en TVN.
Mejor docureality: Vi varios. El de los enanos es estremecedor. Se llama Un Gran Mundo Pequeño. Pero el que me emociona a más no poder (será por los desarreglos de mi casa) es Extreme Makeover, donde te echan abajo la mediagua y te arman la mansión en una semana mientras te vas de vacaciones. Los gringos están tan faltos de cariño.
Mejor show: Canal Copano. ¿Hay algo parecido a esto en la tele? Nada se le parece. Y más encima me tocó armarlo. Esto es lo más autorreferente que he dicho en mi vida. Pero confórmense con que de loser tengo mucho: me fui antes de que explotara.
Mejor show infantil: casi lo olvido, y eso que me transformé en experto por ser padre. Hubo varios shows muy buenos. Chile ya se familiarizó el 2006 con Lazy Town y Backyardigans, que son excelentes. Pero lejos el mejor programa para niños el 2007 fue Daniel y Emily que transmite Discovery Kids. En rigor son dos programas. Dos pequeños comunes y corrientes que van a entrevistar personas en diferentes actividades. En el proceso ellos se involucran y aprenden también. Los canadienses demuestran con esto que saben demasiado de niños. El programa excede el interés que tiene para los más pendejos, que se prenden del programa hipnotizados. Increíble.
Lo peor: Girls of the Playboy Mansion, por E! Puta, las minas son ricas pero... ni un agarrón de teta, ni pelea en el barro... puros piquitos con el viejo culiao. Fome. Malo.

Ya vienen música, cine y libros... posteen sus mejores y peores del 2007.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Sting culiao (manifiesto por no tener ni uno para ir a ver a The Police)

miércoles, 5 de diciembre de 2007
Sting culiao. Sting convenció a una ex novia para meterse a Amnesty International. Era la época de su segundo disco solista, el relamido Nothing like the Sun, con el cual tuvo un protagonismo enorme en Chile, gracias a que había reiteradas referencias a las violaciones a los derechos humanos en el país ("Hey Mr. Pinochet...") . Mi novia de entonces estaba obsesionada con Sting. Decía que su música era maravillosa, que su mezcla de jazz y rock era poco menos que la forma en que sonaría la música a fines de los ochenta. Y que era el hombre de su vida, que se lo iba a hacer chupete. Afortunadamente se equivocó en el pronóstico. Pero eso no evitaba que escuchara el cassette culiao una y otra vez.

Y que finalmente se enlistara en Amnesty International.

La idea no era ir a meterse a un país en dictadura a tratar de sacar a los torturados de las cárceles. Era harto más higiénico: Amnesty te hacía llegar un informe de uno o más prisioneros en un país que no fuera el tuyo (si no, figúrate). Tu labor era enviar cartas (no e-mail entonces) a las autoridades del país en cuestión que por entonces podía ser Sudán, Brasil, India, Pakistán u otro. Muchos otros miembros de Amnesty tenían el mismo informe que tú por lo cual las autoridades responsables en el país al que se aludía recibían una lluvia de cartas de todas partes del mundo (no de span precisamente) preguntando dónde estaba tal o cuál persona.

A mi la mina me gustaba mucho. Y por ella, más que todo, me metí también en el cuento.

Sting culiao. Tener que gastar en correo internacional sin que tuviera ganas. No era que la vida de las personas amenazadas de muerte por su pensamiento político no me interesase. Estaba más prendido de lo que ocurría en Chile entonces. No me parecía tan real esto que sucedía afuera. Pero para Chile, según nos explicaban, había miembros de Amnesty en todo el mundo escribiéndole al Mamo, a Pinochet y a otras reputadas autoridades chilenas.

Al enlistarnos nos citaban a una reunión al centro de Santiago, en calle San Antonio. Yo igual me sentía como que estaba llevando a cabo algo bonito o sutilmente heróico. En ese lugar una psicóloga muy hippienta, rica, treintona, nos explicó el proceso. Yo puro le hice caso y me llevé mis carpetas con prisioneros y torturados y redacté cartas en español e inglés. Mandé varias, y mi mamá me terminó diciendo: "si quieres luchar por los derechos humanos hazlo con tu propio presupuesto". Tenía razón.

Para la época de los históricos recitales de Amnesty en Sudamérica, las cosas se pusieron más movidas. El primer recital para Chile fue en Mendoza (con Sting, Tracy Chapman y otros) porque no lo autorizaron acá. Mi novia de entonces tenía un hermano mellizo. Y en una medida que aún no comprendo autorizaron al hermano a ir a Mendoza y a mi novia no. Porque era mujer. "¿Qué chucha pasa con los derechos humanos en tu casa?", le preguntaba yo. Salía ganando de todas formas porque yo billete para ir a Mendoza no tenía y no iba a pegarme el pique solo por el Sting culiao. Pero figúrense como habrá sido ese carrete en micro por los montañas. Ir a Mendoza y volver.

Un día mi novia recortó una foto de Sting en pelota, envuelto en barro. Un desnudo frontal hecho por Annie Leibowitz, y que seguramente había salido en Vogue o Rolling Stone. El comentario era que lo tenía corto pero ancho, que estaba circuncidado, y cosas así. Su obsesión con Sting iba en aumento. Digamos que fueron otros motivos los que nos hicieron terminar. Pero dentro de las cosas que yo me bancaba de ella, era un alivio no tener de pronto a alguien al lado que hiciera mención al personaje y que colocara una y otra vez un disco insoportable en vivo llamado Bring on the Night.

Seguí yendo a Amnesty por un tiempo. Me agradaba. Seguí escribiendo esas cartas de presión. Incluso por ahí recibí de respuesta de autoridades brasileñas dentro de sobres con membretes oficiales, explicándome en portugués que no tenían idea de lo que yo estaba refiriendo y que tal persona no figuraba como presa. Pero bueno, era como una acción de consciencia.

Cuando aparecieron nuevos discos de Sting, alejados ya de la moda de preocuparse de los derechos humanos de países en vías de desarrollo, los escuché igualmente con atención para saber cómo eran. Habiéndose muerto su padre, la música que escribió fue mucho más intimista en The Soul Cages, por ejemplo. Esto probaba lo peor: Sting es, como suele ser un tipo de sus características, extremadamente egocéntrico. De ahí para adelante perdió muchas cosas: credibilidad política, credibilidad musical, popularidad. En fin.

El broche de oro fue mi encuentro con mi ya ex novia uno de esos días. Le pregunté si había escuchado el último disco de Sting: "¿Sacó un disco nuevo? No tenía idea".

Mi decisión de terminar con ella había sido, entonces, correcta.

Tiempo después comencé a escarbar los discos de The Police y me encontré con otra historia, otra música, otra cosa sumamente diferente. Lamenté no estar en el tiempo adecuado ni en el momento adecuado. Pero bueno, hace ya algunos años que la música comenzó a romper la barrera del tiempo (mi vecino tiene 12 años y es fanático de Nirvana, por ejemplo). Y me volví fanático de The Police, sin culpa, sin miramientos. La primera banda de Sting es todo lo mejor que se le ocurre a uno cuando piensa en la mejor banda de rock. Canciones infecciosas, letras ingeniosas, impredecibles de un disco a otro. Experimentales. Contagiosos. Puta, esa mezcla de reggae, punk, sexo, ska... pop del mejor... y como dice el dicho, "tu banda es tan buena como tu baterista".

Cuando escucho un disco como Ghost in the Machine pienso que a pesar de todo mi ex novia no se sentaría a escucharlo con mucha atención. A pesar de canciones como Hungry for you, por ejemplo, mi favorita del disco. De todas formas puedo apostar que ella va hoy a verlo al Nacional. Suele ser así. ¿Se acordará de Amnesty? ¿De la foto en pelota que le saco Annie Leibowitz?

Yo me acuerdo de todo. Sting culiao.

CANCIONES RECOMENDADAS

1. Hungy for you (J'aurais toujours faim de toi)
2. Demolition Man
3. Next to you
4. Be my girl - Sally
5. Roxanne
6. The bed's too big without you
7. Don't stand so close to me
8. Canary in a coalmine
9. Driven to tears
10. One world (not three)
11. Wrapped around your finger
12. Murder by numbers
13. Sinchronicity I
14. Fallout

jueves, 22 de noviembre de 2007

Fútbol

jueves, 22 de noviembre de 2007
Es como el pico que te guste el fútbol en un país que no es bueno para la pelota. Quiero ser así de severo porque lo que hoy nos afecta, después de que Paraguay nos encajó 3 de los goles más huevones de los que tenga recuerdo, no es, en rigor, ni tan malo ni tan bueno.

O sea, la premisa es que no somos buenos. Pero tan malos tampoco. Pasamos de la euforia al odio desatado. Los que le gritan ídolo al Matador el fin de semana terminan odiándolo por perder tanta pelota en tres cuartos en su propia casa. Y eso es puramente las ganas que le tenemos al triunfo y la poca tolerancia a las sostenidas derrotas y a los terceros lugares.

Permítanme que les describa una serie de elementos, que nos son todos, pero que son parte de este mundo. Mis amigos futboleros, de todos los clubes, incluso desde el extranjero ojalá, engrosarán esta lista, para explicar cómo se conjugan las cosas para que cuando todo está a punto de resultar terminamos yéndonos a la concha de su madre.

1. El que va al estadio a ver a su club no es el mismo que va a ver a la selección. Y esto se los digo con conocimiento de causa. Puede que tu equipo gane, empate o pierda. Y generalmente, te vas a quedar hasta el final, salvo algunos. Aunque vayas 3 a 0 en contra. El público de la selección es público de tele en su mayoría. Y el público de tele cambia el canal cuando el equipo va perdiendo. Le echan la culpa a todos los chanchos que están en la cancha. Ese hincha no sirve.

2. El jugador chileno es fruto de un talento espontáneo, y por lo mismo, de poca regularidad. De cuando en cuando en las canchas de tierra aparece un pendejo extraordinario para la de cuero. Pero nuestros chicos no nacen en cuna de oro. Se alimentan con tallarín con pomarola cuando mucho. Le hacen al completo y a la chela. Y yo creo que en el 90 por ciento de las veces hemos estado en alguna conversación en que se dice: "ese cabro era bueno... pero puta que era curao". Entonces, salvo excepciones, o sea, salvo Elías, Matador, Ivan Zamorano y algún otro, los demás llegan a la cancha con lo que tienen, no con lo que podrían alcanzar a tener.

3. Por lo tanto, depende de cómo ande el jugador, el cómo se pare en la cancha. Un amigo me decía: "Huevón, vi el partido de Alemania con Chipre, los alemanes ganando como 4 a 0 y seguían atacando" Claro, mejor cuna, mejor preparación, mejor educación, mejor alimentación. A todos los que nos criaron en partidos de barrio, si te chantan 4 pepas te dan ganas de patear la perra, ojalá le quiebres la rodilla al culiao que hizo los goles contrarios y llegai a tu casa mandando a la chucha a todo el mundo. El jugador chileno llega arriba sin educación deportiva profesional. No está mentalizado, por lo que no está preparado para marcadores en contra como los de anoche, por ejemplo. O a lo mejor anda con las luces encendidas porque la mina le dio la pasada anoche. En fin, depende de su estado anímico tan voluble.

4. La fama arruina a los jugadores chilenos. Ejemplos sobran. Si no, ni Salas ni Zamorano serían excepciones. ¿Por qué Guatón Vega no fue el mejor 10 de América si tenía todo? ¿Por qué Candonga Carreño era mejor para los combos si el huevón era bueno y con un físico sobresaliente? ¿Por qué Rozental y sus lesiones? ¿La generación de la mítica sub-17 de Japón? ¿Por qué el Cóndor Rojas, nuestro mejor arquero de la historia, urdió cortarse la ceja pa ver si la hacía de oro en el Maracaná? Yo nunca vi a Jimenez jugar un sólo partido sin antes enterarme de sus enredos con la mina esa.

5. La mafia. las transferencias y negocios que envuelven a los jugadores chilenos benefician a un grupo de personas hace mucho tiempo, perjudicando procesos deportivos completos. Ya ve usted cuando Colo Colo comienza a dar que hablar y hay una generación completa de nuevos jugadores y Colo Colo comienza su escalada internacional para reconquistar lo que logró el 91. Pero, oh magia, comienza la fuga de botines. En tres meses, los aspirantes a goleadores, ni siquiera goleadores consolidados, ya están haciendo banca en un club de segunda en Italia. ¿Para qué? ¿Para quién?

6. El periodismo. De entre mis compañeros de escuela más pelotudos, los que llevaban esa palabra a lo ancho de la cara, eran aquellos que tenían lo que se llama obsesión deportiva. Huevones muy pajeros amigos de las estadísticas y del dato pueril. Se sabían formaciones completas de los equipos más pelientos. Se desafiaban mutuamente. Incluso había algunas minas con esa obsesión. Bueno, ese tipo de gente, salvo honrosas excepciones, pueblan hoy los medios deportivos, endiosando y hundiendo la frágil autoestima de nuestros valores futbolísticos. ¿No será acaso que este elemento requiere también un proceso? Periodistas deportivos que solo saben estadísticas de fútbol.

7. Ah, y lo olvidaba... los entrenadores. Marcelo Bielsa recién aprendió, con el partido de ayer, cómo es el jugador chileno, cómo se comporta, qué diferencias tiene con los argentinos. Se confió excesivamente con el talento, que ciertamente existe. Pero todavía no comprende qué le pasa en la cabeza al jugador chileno. Tiene para aprender. A mí me agrada él. Encuentro que es un tipo que puede dar con la clave de todo esto: sacarle partido al fútbol de Chile, a sus variantes, a su talento. Porque esa es la realidad. Lo que disputamos nosotros es, ojalá, el cuarto puesto de la clasificatoria. No somos los mejores, pero no somos lo que mostramos anoche. Pero hay que colocar once en la cancha que vayan de medio para arriba, a jugársela. Paraguay, aplicadito y todo, no es la gran hueá. Pero son aplicaditos. Se sacan partido. Son más limitados y peor alimentados que nosotros. Pero tienen esa determinación propia de la cultura guaraní. Lo que nos falta a nosotros, hijos de la cultura del ocio por haber nacido en un paisaje benévolo, con árboles frutales a la mano.

Por todo lo anterior, y quizás por más, nunca se sabe con el fútbol chileno. Podemos venir de una goleada como la de anoche y a Brasil le podemos hacer los mismos tres. Nunca se sabe. Nunca lo sabremos.

Cooperen ustedes con más razones. Estoy seguro de que las hay. Pero lo de anoche no es Chile.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Ese puto esquizofrénico comportamiento del seleccionado chileno, anotando un nuevo record de derrota en su propio pasto

miércoles, 21 de noviembre de 2007
PARAGUAY 3 (y le anularon uno legítimo pa más re cacha)
CHILE 0
¡plop!

domingo, 18 de noviembre de 2007

Gracias, Marcelo...

domingo, 18 de noviembre de 2007
¡Yo les dije! ¡Yo les dije!

viernes, 16 de noviembre de 2007

Alfredo Lewin

viernes, 16 de noviembre de 2007
La primera vez que me topé con Alfredo Lewin en mi vida no era conocido pero ya era una leyenda. Yo formaba parte de alrededor de un centenar de postulantes a una de las cuarenta y tantas vacante de licenciatura en literatura inglesa. Prueba especial de ingreso. Una especie de auditorium enorme en el campus oriente de la UC. Alfredo entró a tasar el ganado probablemente y se paseó por toda la sala. Pelo larguísimo, jeans rotos, zapatillas encañadas blancas. Polera de Megadeth creo.

No estoy exagerando al decir que todas se daban vuelta para mirarlo. Sobreactuaba, le echaba la talla a las viejas que tomaban la prueba. Luego se iba.

Días después me abrí paso por entre una horda de personas que quería ver las listas de aceptados para todas las carreras con prueba especial. Quedé.

Mis primeros días fueron raros. Porque en vez de ser mechoneados como la gran mayoría de los universitarios debutantes nadie nos pescaba. Los alumnos de derecho, entonces aún en ese campus, andaban detrás de las minas de idiomas, las de párvulo y pedagogía básica. Los hombres de idiomas, probablemente un total de 10 en todas las generaciones, eran demasiado depresivos para andar mechoneando. Junto a un compañero chascón vimos como las minas huían despavoridas y nosotros como si no existiéramos.

En ese contexto, comencé a ver mucho más que seguido a Alfredo Lewin, que se había echado unos ramos el año pasado y comenzó a ser nuestro compañero de curso frecuentemente. Tontos por la música y el cine, freaks de los discos y las historietas, pronto nos hicimos un grupo como de 10 0 15 personas (en la que las mechonas iban y venían, generalmente con poca suerte para mí). Un año antes de que estallara el fenómeno de Guns N' Roses nos sabíamos el Appetite for destruction de memoria. Estacionados en el kiosko contrario al de derecho, las cosas iban bien y yo carreteaba cada vez más en Santiago, quedándome en la casa de alguien. El punto es que Alfredo compartía siempre esos carretes pero parecía que su cabeza estaba siempre en otra parte. Se sentaba a chupar en la misma mesa, pero era evidente que sus planes no estaban acá.

Los lunes eran especialmente alegres para él porque contaba lo de sus andanzas con su banda de glam rock. Un fenómeno que partió sin tanta fuerza, Diva de pronto sucede que pudo grabar un disco. Un lunes Alfredo llegó con el cassette de Diva, contándonos los detalles de la grabación, en la cual incluso Myriam Hernández había hecho voces. Y claro, poco a poco se empieza a transformar en un tipo más conocido. Pero en paralelo, su forma de relacionarse era más críptica. Su cabeza, claramente, estaba en otra parte. Más de alguna vez esta escena era súper típica: un carrete de amigos, él con una mina, la mina tratando de comunicarse con él, intentando que hablase, pero Alfredo mirando más allá, serio, determinado, adivinando lo que se venía que ciertamente no era Diva.

Finalmente, nos separamos. Me fui de la Católica y entré a periodismo en la Portales. En uno de los primeros recitales luego de la llegada de la democracia, las colas del nacional eran enormes desde temprano. No sé si esto coincidía con que Alfredo ya salía en la tele, pero me da la impresión de que sí. Yo estaba con una novia que tenía a la espera de una de las puertas del lado de Avenida Grecia. Alfredo venía ensimismado, con la cabeza gacha, y probablemente con gafas. "Chucha, lo paro o no lo paro", pensé. Y le agarré el brazo. Me mira, y luego de un segundo en que pensé que no me cachaba, gritó: "Pato, cómo estás, que fue de ti, qué onda compadre...", y conversamos un resto.

La siguiente vez que lo vi fue por la tele, en la cadena MTV. Nunca un rostro chileno había llegado tan lejos. La época de oro de MTV latino. Con Ruth y Daisy Fuentes.

Lo que son las casualidades. Una amiga de mi mujer era íntima de la que resultó ser la señora de Alfredo, con la que se fue a Miami a vivir. Con la que tuvo dos hijos. Por lo tanto, de cuando en cuando, me enteraba que la carrera de Alfredo era meteórica, enorme, casi más enorme que el personaje mismo. Por el mismo rato me entero que se separa. Luego que MTV se acaba para él, pues le comenzaron a dar programas y espacios más determinados y más pequeños.

La siguiente vez que lo vi, fue cuando ROCK & POP fue comprada por Iberoamerican y tendríamos que compartir edificio, piso, pasillo y baños inclusive con el proyecto ROCK & GUITARRAS de la radio CONCIERTO de ese tiempo. Ahí Alfredo hablaba pestes de ROCK & POP. Recuerdo que hubo un incidente en el que casi se fue a las manos con uno de los nuestros. En constante tensión, el proyecto de ROCK & GUITARRAS no tenía cabida en una empresa como Iberoamerican. No porque fuese mala. Yo creo, honestamente, que los comportamientos de sus integrantes condenaron todo. Alfredo salió de ahí por la puerta trasera.

Pero volvió a la Futuro, también de Iberoamerican. Ahí, un par de veces, nos topamos en un ascensor. La tercera vez le dije: "Oye Alfredo, ¿te acordai de mi? Yo soy Pato Cuevas..." Alfredo me miró con la misma cara que aquel día del estadio cuando lo encontré entre las esperas de la Avenida Grecia: "Pato, qué gusto compadre... cómo te va". Yo le dije que me alegraba que estuviese de vuelta y que le fuera bien. Me lo agradeció. Y nada más. Tan solo a ratos un saludo cuando nos topábamos en algún estudio de grabación. Siempre armaba su programa Santiago Blues con un cuaderno hecho añicos, escrito por todas partes con su letra ininteligible.

Eventualmente volvió a partir. No supe por qué.

Pasó el tiempo. Cuando yo era director de ROCK & POP mi jefe me dijo que había recibido un llamado telefónico. Alfredo Lewin quería volver a la radio. Por esos días quedó clavado con la suspensión del recital de Anthrax en el estadio Víctor Jara. Alfredo quería pega. Mi jefe me pidió que averiguase si me parecía inconveniente tenerlo para ROCK & POP.

Partí a juntarme con él en un café de Providencia, acordándome de todas estas cosas que estoy contando ahora y de otras muchas. Había, en definitiva, varios Alfredos pasando por mi vida: aquel niño entusiasta con las grabaciones de Diva... el chico de la mirada perdida de los carretes que no se comunicaba con nadie... el hombre magnético que comenzó a escalar posiciones... el arrogante divo de la etapa de MTV... el descalificador de ROCK & GUITARRAS... el simpático del pasillo... el tipo admirado del que todos sabían conocedor de mucha música... en fin.

Al sentarnos me percaté de algo bastante obvio aunque aterrador. No se acordaba de mí. Pensaba en Pato Cuevas como el tipo que venía de la escuela de ROCK & POP, nada más eso. Antes, yo no existía. No recordaba que estudiamos juntos, que carreteamos juntos mucho tiempo, que teníamos amigos en común. Y es tan cierto eso de que todos borramos gente de nuestra cabeza involuntariuamente. ¿Cuánta gente tenemos dentro de la cabeza y no nos acordamos nada?

"Alfredo, yo era tu compañero en la universidad... hicimos idiomas, literatura... ¿no te acuerdas?"

"No", me respondió intrigado.

Comencé a darle coordenadas, nombres, lugares, costumbres. A la vuelta de una esquina en su memoria logró ubicarme un poco más delgado, algo más loco probablemente. Alfredo estaba profundamente sorprendido. No relacionaba a Cuevas de ese tiempo con este otro Cuevas. Pero logramos cerrar el círculo.

El resto de la conversa me hizo percatarme de lo obvio: Alfredo se vendría cuanto antes a la radio.

Esta semana escuché que se va de la ROCK & POP. Es lógico pensar que volverá a la FUTURO. Es lógico pensar que Alfredo hay para rato, que da gusto escucharlo, aunque yo siempre le expliqué y luché por explicarle que no tenía que hablar tanto. Que no se desesperara. Que puliera su discurso.

"Yo antes de ROCK & POP no sabía nada de radio compadre...", me dijo un día. "En la CONCIERTO, me abrían el micrófono y yo podía estar horas hablando".

Aún así, el último Alfredo que conocí era más bonachón, un tipo curtido en miles de batallas, sostenido, sobrio, humilde, con buen sentido del humor.

No sé cuánto tenga que ocurrir para que nos encontremos de nuevo. Espero para entonces no olvidarlo y que él no me olvide tampoco.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Me duele Renato

miércoles, 7 de noviembre de 2007
Corre el invierno de 1987. En mi colegio, alguien, desde hace un tiempo, organiza micros para ir un día entero a la nieve a precios preferenciales, con un precio que incluye tickets de andarivel, equipos y transporte ida y vuelta en unas liebres insorportables que serían grito y plata en el actual sistema. Para llenar la liebre, unas 25 personas, no se lograba con gente de un sólo curso. Entre que había que tener la plata y los permisos, dos variables que no eran fáciles.

Entonces, el contenido de la liebre eran hombres y mujeres de mi colegio entre segundo y cuarto medio.

Cuando los convocados pagaban la cuota, teníamos que llegar a las 7 y media de la mañana a la plaza de armas de San Bernardo, pues ahí partía todo. Se podría haber hecho enfrente de nuestro colegio pero se habría visto feo. No era gran cosa porque no era que saliera una micro a la semana con un turro de huevones a mandarse las partes.

Esa mañana todos andaban comentando un fuerte carrete en casa de alguien de segundo medio, compañeros de mi hermano menor. Incluso, dos protagonistas estaban entre los habitantes de la micro a la nieve. En una de esas incursiones masturbatoriamente misóginas, uno de ellos había planificado estar con una chica supuestamente virgen (importante detalle) en el auto que se iba a conseguir. Uno de sus amigos, ni tan amigo la verdad, le propuso que registrara todo lo que sucediese colocando una enorme grabadora de cassette debajo del asiento del automóvil, para ahorrarse contar detalles (han pasado tantos años ya... no sé qué tamaño tendría ese aparato)

Antes de que partiera nuestra micro a Farellones, antes de las 8 de la mañana de ese día, todos sabíamos que esta muchacha desapercibida se había metido en el auto a cierta hora de la noche en ese carrete y que su voz quejumbrosa había quedado inmortalizada, tal cual un youtubeo que hoy en día es extremadamente común. La cosa es que el detalle que más hacía gracia era que ella se quejaba de que le dolía.

"Pero Renato, no... me duele Renato". Pobre chica. El otro métale punteo y ella sólo se quejaba, pero en el mal sentido.

Diez para las ocho de esa mañana, un par de minutos antes de salir, pasó por la plaza esta niña en dirección al colegio... la chica del automóvil.

Todos los que estábamos allí le gritamos, por supuesto: "¡Ay, Renato, me duele Renato!"

Qué hijos de puta fuimos. La recuerdo, compungida, avergonzada, caminando rápido pero decidiendo al mismo tiempo no correr, mantener algo de dignidad, metiéndose el pelo en la cara.

Por supuesto que lo más incoherente de todo era que ninguno de nosotros escuchó ninguna grabación.

Hoy por lo menos te metes a Youtube.

lunes, 22 de octubre de 2007

De regreso, inaugurando, un favorcito y muchas gracias de antemano

lunes, 22 de octubre de 2007
Estimados amigos:

Les escribo desde mi cuchitril. No les contaré de maestros ni de llaves que se abren cada vez que se oprime un interruptor. Prefiero decir que estoy en un lugar bastante habitable, lejos de ser lindo aún, pero mío. Misión cumplida por ese norte.

Por el lado profesional cumplí un año sin estar al aire en radio lo que es, al mismo tiempo y no miento, un alivio y una pena.

Entonces, entramado en entender algunos conceptos que quiero analizar, me permito pedirles el primer y espero ULTIMO cacho de este nuevo blog. Una especie de cuestionario abierto sobre sus usos y costumbres de escuchar radio.

La idea es que respondan libremente. No hay respuestas correctas o incorrectas. Es simplemente algo que tiene que ver con sus gustos personales por lo que mientras más sinceros sean más me servirá.

Les estaré profundamente agradecidos si completan todas estas lateras preguntas. Sean breves e intensos, como siempre.

Gracias y es un placer estar de regreso desde mi cuchitril.

Sinceramente,

CUEVAS


1. ¿Qué radio o radios escuchas hoy? ¿Qué radios escuchabas antes?

2. ¿Qué otros medios aparte de la radio te entregan la música que te gusta?

3. ¿Subes o bajas música de internet?

4. ¿Qué función debe cumplir, según tú, la radio de tu preferencia?

5. ¿Qué tipo de información debe entregar, según tú, la radio de tu preferencia?

6. ¿Qué locutores deben estar en la radio que tú prefieres? Puedes ejemplificar.

7. ¿Cuándo y cómo escuchas radio?

8. ¿Qué tipo de programa prefieres en la primera mañana (entre 7 y 9 AM)?

9. ¿Qué tipo de programa prefieres en el final de la tarde (entre 6 y 8 PM)?

10. ¿Cómo puede tu radio acompañarte mejor en las noches?

11. ¿Buscas una música especial las noches de jueves, viernes o sábado? ¿Prefieres ahí un tipo especial de emisora? Puedes ejemplificar-

12. ¿Te gusta la música en español? ¿Qué tipo de música o qué intérpretes? Puedes ejemplificar.

13. ¿Te gustaría escuchar rock chileno en tu radio preferida? ¿Qué tipo de bandas? Si la respuesta es negativa intenta explicar por qué.

14. ¿Qué tipo de noticias escucharías en la radio de tu preferencia? Puedes dividir por temáticas (contingencia, farándula, musicales, política, internacional, economía...)

15. ¿Qué es lo que más aborreces de una radio?

16. En términos de la relación pasado-presente, ¿qué década te gustaría que tu radio tocara más? ¿Setentas y más atrás? ¿Ochentas? ¿Noventas? ¿actualidad musical? Puedes ponderar porcentajes para cada uno si quieres entregar una respuesta más específica.


Muchas gracias por tu colaboración.