miércoles, 3 de septiembre de 2008

SI TUVIERA MAS TIEMPO TAMPOCO ESCRIBIRIA MUCHO MAS PERO BUENO, ME ENTERE DE QUE VIENE NINE INCH NAILS

miércoles, 3 de septiembre de 2008
Hace 20 años me enteré de que mi primo que vivía en Miami venía de visita por un par de semanas al país. En una conversación telefónica internacional de esas que aunque se escuchara bien te pones a gritar para asegurarte de que te oyeron clarito, Pablo me ofreció grabar varias horas de MTV en un VHS, para enterarme de lo que estaba pasando con la música, lo que me pareció increíble.

Describir la vestimenta y look de mi primo en la segunda mitad de los 80 es cuento aparte también: a la loza del aeropuerto llegó un tipo bastante corpulento, mucho más alto que yo (lo que no es mucho decir) con jeans nevados muy ceñidos y polera de algodón negra también muy ceñida. Había dejado de lado su mostachín con el que había posado para una foto de esas familiares con sonrisa falsa que hacen los gringos y que iluminan por detrás para que brille el pelo y con fondos abstractos como de tevinil. Quería parecerse a Prince.

Pero bueno, vamos al VHS. 6 horas grabadas con la cadena MTV en su tiempo de gloria.

Gran parte del material era basura popera, entre Phil Collins y grupos new wave venidos a menos. Pero también figuraba un especial de un par de horas del programa Headbangers Ball, especial sólo con videos de rock pesado. Tampoco era que fuese la gran cosa. La verdad, no recuerdo ninguna de las bandas que aparecieron entonces, por más esfuerzo que haga. Sólo estoy cierto de que conducían Geoff Tate y Chris de Garmo, de la banda Qüeensryche, que estuvieron hace unos meses curiosamente en Santiago en una desabrida presentación en el Teatro Teletón.

Ellos las oficiaban de vj's.

Y hubo dos videos que, entonces, vinieron a cambiarme la vida. La última vez que eso había ocurrido había sido unos años antes, cuando pude ver a Sumo en vivo, cuento aparte que merece otro relato.

El primer video era de una banda muy zafada llamada Jane's Addiction, con su gloriosa Mountain Song.

Aparte de la canción, que era increíble, las imágenes eran muy chocantes para MTV de ese tiempo, y pasó colado.

El otro, adivinan me imagino, era de una banda con bases electrónicas y guitarras con mucha distorsión que se llamaba Nine Inch Nails. La canción era Head like a hole.
 


Ninguna de ambas canciones podía caer en la categorización idiota del heavy metal de cabellos llenos de laca y con acrobáticos solos de guitarra, minas rubias dispuestas a todo, power ballads y vocalistas mordiendo latas de cervezas para hacerlas estallar. Acá había algo disonante. Algo no calzaba. Estos dos ejemplos estaban metidos en este programa porque no habrían cabido en otra etiqueta. La industria de la música debía prepararse por esos días para inaugurar una nueva gaveta, la del rock alternativo.

Así, conocí a NIN en 1988. Mi primo Diego se fue después de intercambio a Estados Unidos y es la única persona que conozco que vio a Nirvana en vivo, que pudo ver a Kurt Cobain en el estallido del gran cambio de sonoridad de los noventa. Él también era fanático de NIN y se trajo el primer disco y el segundo. Desde entonces, nunca paré de seguirle la ruta a Trent Reznor.

Uno de los primeros discos que me robaron de mi colección fue The Downward Spiral. Como tenía una presentación especial y una gráfica increíble, era una presa fácil. Alguien que llegó a mi casa por otro amigo y que se había jactado de que el mejor músico y la mejor música era la de Joe Satriani (qué idiota) fue, creo, quien me peló el disco más significativo de Reznor. En esos días tampoco pudimos ver por televisión su provocativo video para Closer.

Esta canción, el disco a la larga, demuestra que hay dos elementos característicos en la música de NIN: por una parte una vocación pop completamente asumida, con una búsqueda sonora muy singular, que roza con la dosinancia, pero que construye capas de sonido bellísimas. Por otra parte, la interpretación de Reznor, que desarrolla cada canción como una búsqueda de caos, un crecimiento, una intensidad cada vez mayor. Aún en estos días, no he visto un video que sugiera tantas cosas bellas y horrendas como Closer.

(continuará...)